30 Mar

El Leñero’s Racing Team vuelve a repartir solidaridad por África esta Semana Santa, patrocinado por Deimos Estadística.

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Javi Leñero y Alfredo Vázquez, componentes de Leñero’s Racing Team, patrocinado por Deimos Estadística, han participado en el Rally Solidario, encargado de llevar solidaridad a los pueblos de Marruecos.

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La expedición de la Solidaridad ha recorrido casi 3000 kilómetros repartiendo más de 300 kilos de artículos a los pueblos más necesitados de Marruecos y el Sáhara.

Deimos ya patrocinó este rally el año pasado, aportando combustible para el viaje.

Cuando a Javier Leñero se le pregunta qué es lo que más le impresiona de África, no lo duda un instante: «La sensación de soledad que desprende el desierto y, sobre todo, la mirada de la gente a la que pudimos ayudar». Este joven ginense ha participado dos años consecutivas en un rally solidario por el norte del continente africano. Una iniciativa en la que, dice, «se aprende de cada persona que conoces».

Concretamente, el recorrido comenzó el pasado 20 de marzo. Una Semana Santa diferente en la que, tanto Javier Leñero como el resto de participantes, han recorrido el norte de Marruecos hasta la frontera con Argelia, adentrándose después en el Sáhara. De Tarifa a Marrakech pasando por Er-Rachidia y las dunas de Merzouaga.

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«No veo el momento de volver», confiesa Leñero. «Por mucho que te digan que allí la vida es muy dura y están muy necesitados, cuando llegas la realidad te descoloca por completo, es mucho peor de lo que nos lo pintan», explica. Por ello, afirma que los 2.600 kilómetros que recorre durante la semana de duración del rally «son pocos» si se trata de ayudar a los habitantes de los poblados del desierto.

«La idea de participar en esta iniciativa fue una casualidad», dice el joven. «Me gustan mucho las competiciones de rally y, buscando, encontré este, que une además otras de mis grandes pasiones, ayudar a los demás». De este afán solidario dan fe algunas de las iniciativas que ha impulsado en su pueblo natal, como la asociación Gines Joven, de la que fue fundador.

Javier Leñero
Javier Leñero

Ropa y material escolar

Javier Leñero y su copiloto han hecho el trayecto en un Toyota 4×4 de diecisiete años, un vehículo que rebosaba con todo tipo de donaciones. Antes de su marcha, la Casa de la Juventud de Gines puso en marcha una campaña en la que los habitantes del pueblo se volcaron entregando todo tipo de cosas con destino África, desde decenas de peluches hasta zapatos infantiles.

«El año pasado llevamos mucha ropa, y nos dimos cuenta de que, aunque la necesitan, es cierto que otro tipo de ayuda les viene mejor», explica Javier. Por eso, este año intentó conseguir material escolar, juguetes, ropa, alimentos no perecederos y, curiosamente, bolsas de tela. «A pesar de que aquí nos parezca un objeto insignificante, allí tiene mucho más valor», asegura el joven. «La primera vez que fuimos al desierto nos llamó mucho la atención que, cuando estábamos repartiendo todo lo que llevábamos en los poblados, se esperaban a que terminásemos de vaciar las bolsas para pedírnoslas con insistencia», relata Javier. «Allí son muy útiles para transportar la cosecha y sus enseres, y es un claro ejemplo de algo que todos tenemos en casa y es una ayuda incalculable para ellos».

Pueblos nómadas

La población autóctona, sobre todo de los núcleos más aislados en el desierto del Sáhara, recibe la ayuda «con agradecimiento y hospitalidad». «Nos llamó la atención que, en algunos poblados, todos esperaban instrucciones del jefe para colocarse en fila india a recibir la comida y los objetos que les íbamos dando. Sin embargo, en otros, estaban tan impacientes que, teníamos que subirnos a los techos de los coches para poder repartir en condiciones».

El objetivo del rally solidario son, sobre todo, los pueblos nómadas del desierto africano, necesitados de una ayuda humanitaria que, en este caso, les llega de una forma original pero no menos efectiva.

«Una de las cosas más difíciles de olvidar es la mirada de los niños cuando se acercan a los vehículos y ven tantos juguetes y comida juntos», reconoce el joven. «Hay algunos poblados en los que no están acostumbrados a que se les entregue nada y, mucho menos, si la comitiva está formada por tantísimos coches y más de doscientas personas».

Por la mirada de esos niños, y de sus familias, ya son dos primaveras las que Javier ha invertido en recorrer el norte de África conjugando lo que mejor se le da: conducir su 4×4 por los paisajes desérticos y montañosos y, sobre todo, repartir ayuda, cariño y solidaridad a los que más lo necesitan.

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Fuente: Elaboración Propia y ABC

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